lunes, marzo 03, 2014

Adolfo Bioy Casares



Adolfo Bioy Casares

La ficción como realidad


"Al escribir un cuento no descubro la realidad, 

descubro como es el cuento que escribo"

Adolfo Bioy Casares


Por Ana Larravide

Casi escapé corriendo cuando abrió la puerta un hombre imponente, de pelo plateado y aspecto de Cancerbero, pero entré.
- El señor Adolfito la espera.
La timidez de todas mis edades se me vino encima al ir atravesando cuartos en penumbra. Despampanante cantidad de libros. Entre los libros, retratos. Los de Silvina Ocampo, su mujer, y Marta, su hija, que han muerto. Además (los escritores tratan a los otros escritores como de la familia) los de Kafka, Proust, Pepe Bianco, Wilcock, Borges... Algo como una pena iba sintiendo: ¿por qué hay tantas fotografías en las casas apenas habitadas? Una última puerta abierta encuadró a contraluz la larga figura frágil de Adolfo Bioy.



Me sugirió la imagen de un poema que quiero mucho -"Amistad del príncipe", de Saint John Perse- y eso me tranquilizó (podría decirle, como al príncipe del poema: "Oh tú muy flaco, oh sutil / como aquel que encuentra un árbol con abejas tiene derecho a apropiarse de la miel, tomaré de ti tu sabiduría, aprovecharé tus consejos"). Perdí la timidez y pasé al escritorio. Las ventanas estaban abiertas a la plaza.


- Me alegra que me visite una oriental.

- "Oriental" es una encantadora antigüedad, que agradezco. Mi pasaporte es menos poético y dice "uruguaya".
- Pero, no. Si su himno dice "orientales..." usted es oriental. 

- Es cierto. Son los jugadores de fútbol los que cantan "uruguayos campeones". 
- Pero a usted no la imagino jugando al fútbol.

- Tiene razón. En adelante, diré "oriental". Sé que le tiene mucho cariño a mi país.
-Muchísimo. Durante toda mi vida hice planes para radicarme allí. Viví espléndidos momentos en Salto, en Colonia... Montevideo es muy bella y no lo es menos el campo. Me siento siempre muy nostálgico del Uruguay. 

- ¿Cómo es eso de que pensaba hacer un diccionario de dichos orientales?
- Borges iba a hacerlo. Tenía elegido el título: "Un refuerzo en la pasiva".

- ¿Qué dichos le parecen típicamente orientales?
- "Blanco como güeso e'bagual", "colorado como sangre de toro"... Y que cuando uno dice "gracias" contesten "merecidas". 

- Voy a probar su generosidad: ¿Dónde nació Gardel?
- ¿Dónde prefiere?

- En Tacuarembó.
- Yo diría que sí.

- Gracias.
- Merecidas. Pero no es excesiva generosidad, a mí no me gusta demasiado Gardel.

- Pero los tangos, sí.
- Sí, porque son como cuentos ¿Y a usted? 

- Mi padre me contaba cuentos... también cantaba tangos, a veces, con voz muy agradable. Cuando murió, yo tenía catorce años y empecé a escuchar tangos. Ahora se me ocurre que lo hice para seguir escuchando cuentos.
- ¿Cuál le gustaba más?

- "La muchacha del circo". Las palabras me parecía que volaban: "colgada del frágil trapecio su cuerpo elegante parecía al saltar..." 
- Eso es lindo en los tangos... la cadencia de las palabras. ¿Qué le parece "sintética noche triste de crónica policial"? 

- Sintéticamente espantoso. 
- Pero con lindo sonido ¿no? Como esas largas palabras alemanas. Podríamos unirla y sería la definición perfecta de una noche horrible. 

- Leí que le gustan las letras de Celedonio Flores.
- ¡Cómo no! "Si ves unos guantes patito, rajáles..." y aquella otra: "Amainaron guapos frente a tus ochavas, cuando un cajetilla los calzó de cross, y te dieron lustre las patotas bravas allá por el año novecientos dos". Celedonio era amigo del aviador Jorge Newbery (que es el "cajetilla" de esos versos). Los dos practicaban box. Flores, en esos casos, se llamaba "Kid Cele". Además, escribía versos. Para los vecinos de Villa Crespo, Flores era "el poeta". Eso lo fastidiaba a Ricardo Molinari , que vivía en la otra cuadra.

- ¿A Molinari no le decían poeta?
- No tanto.

- Usted, creo, practicó box.
- ¿Que increíble, no? Así fue, hace algún tiempo. Pero hubo un italiano que me convenció en forma contundente de dejar esas macanas.

- En "De jardines ajenos", usted anota una conversación suya con Borges sobre los poemas de Yeats. Comentaban que los poemas malos son como borradores de posibles buenos poemas. Pero, con tiempo, podrían alcanzar la buena suerte de una forma perfecta.
- Si, en la mente de los poetas, tal vez no hay poemas malos. Al principio adivinan confusamente lo que puede ser un poema, tratan de acercarse a él. Los poemas malos serían poemas no concluidos. 

- ¿Puede ser que las personas, como los poemas inconclusos, mejoren con el tiempo?
- Quizá. 

- ¿Cómo forma parte en su vida la poesía?
- Nunca he dejado de sentir que la poesía debe ser tomada muy en serio. Por desgracia, a lo que uno cree que debe tomar muy en serio, no se anima. 

- En "Mares", Saint John Perse dice: "Hacía tanto tiempo que yo tenía ganas de escribir este poema y con cierta sonrisa, le mantenía mi preferencia...." ¿Conoce esa sensación?
- ¿La felicidad de escribir poesía? Conozco la sensación de felicidad al escribir. Y una forma del sufrimiento, también, al hacerlo. Pero no me considero poeta. Aunque me gusta improvisar dísticos, todas las mañanas, y alguna vez los apunto. 

- Toda creación del espíritu es ante todo poética, porque enfrenta el misterio" dijo, también, Perse, cuando recibió el Premio Nobel.
- No siento afinidad con Perse, pero coincido en que la gran redentora del misterio es la poesía. 

- Si usted quisiera, me gustaría hablar de Silvina Ocampo.
- Si yo quisiera...

- Me gustaría saber cómo era esa mujer que escribió "ser feliz es creer que uno lo es".
- Ella tenía la generosidad de creerlo con frecuencia.

- ¿No siempre? 
- Siempre, no. Lo creía sobre todo cuando escribía.

- ¿Le parece a usted que la felicidad se suele ubicar en la nostalgia?
- ¿Por qué lo dice?

- Porque recuerdo un soneto de su mujer, que alude a estar emocionalmente donde uno no está.
- ¿Cuál?

-En el verano de un balcón, en Francia 

mirábamos los cedros extranjeros

y un demasiado azul en la distancia

lago, lejos de ceibos y jilgueros.

Nos gustaba una patria más vacía:
"No hay aquí una palmera yo decía.
"¡No nos despierta el canto de las aves
"con las aguas barrosas, con las naves!
"¡Ah! Yo prefiero el Río de la Plata..."

Fiel a la ausencia y todavía ingrata
soy a veces aquí una forastera:
falta ahora el balcón, no la palmera,
faltan cedros, y no costas barrosas.
Ah, que azul era el lago y había rosas.


- Bueno... -dijo Bioy, mirando hacia el balcón-  sí… a veces sentimos que la felicidad está donde ya no estamos…  "Y lo que es tuyo es lo que no es tuyo/ Y donde estás es donde no estás."

-Eso no lo escribió Silvina.
- No, claro. Es de Eliot.  El doctor Johnson hubiera agregado que nunca hacemos nada conscientemente por última vez sin sentir algo de nostalgia. 

- Me han contado que Silvina era de una simpatía incomparable.

- Era así.

- ¿Fueron felices?

- La apené algunas veces. No soy perfecto 

- ¿Sólo la perfección es amable? 
- No, por cierto. Recuerdo que ella sufría un poco cuando terminaba de corregir algún poema, algún cuento, porque decía que terminar es alejarse. Y que le daban ganas de inventarle nuevos defectos para tener la excusa de seguir a su lado. 


- ¿En que piensa?

- Pensaba, no sé... en unos versos: "Will they solace you wholly, the days that were?"

- "¿Guardarás la alegría plena de los días que fueron?" No estoy segura de si se traduce así, pero sí de que no es de Eliot. 

- Es de Swinburne. ¿Por qué está tan segura de que no es Eliot?

- El no hablaría de "los días que fueron". Para él todo tiempo es eternamente presente.

- Apuestas de poetas... el amor... el tiempo.

- El amor. El tiempo. Son también su apuesta en La invención de Morel: en su isla, los días que fueron intentan ser un tiempo eternamente presente. ¿Acepta que usted también es poeta?

- Un poco poeta; como todo el mundo.



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 De jardines ajenos

. La inteligencia es el arte de salir de situaciones comprometidas engorrosas o difíciles. Bergson.
. Todo arte es una colaboración. John Milligton Sygne (y otros).
. La verdad es más vasta y más extraña y tiene más facetas que las conocidas.Chesterton.
. El egotismo, la peste de la conversación, da a los escritos un encanto incomparable. Macaulay.
. Lo escrito con facilidad suele ser difícil de leer. Sheridan.
. Huyó lo que era firme y solamente lo fugitivo permanece y dura. Quevedo.
. Inútil batirnos. Carezco de valor físico. Gerchunoff.
. Teresa, cuando benga llame a mi cuarto para saber si bino. Mensaje de una mucama a otra. 
. Soy un caballero amante de su privacidad, señor. Tackeray, a un reportero.
. Como apreciará el lector estos son disparates sin importancia, que ofrecen la ventaja de no entenderse. Ortiga Anckerman.

. La inteligencia es el arte de salir de situaciones comprometidas engorrosas o difíciles. Bergson.
. Todo arte es una colaboración. John Milligton Sygne (y otros).
. La verdad es más vasta y más extraña y tiene más facetas que las conocidas. Chesterton.
. El egotismo, la peste de la conversación, da a los escritos un encanto incomparable. Macaulay.
. Lo escrito con facilidad suele ser difícil de leer. Sheridan.
. Huyó lo que era firme y solamente lo fugitivo permanece y dura. Quevedo.
. Inútil batirnos. Carezco de valor físico. Gerchunoff.
. Teresa, cuando benga llame a mi cuarto para saber si bino. Mensaje de una mucama a otra. 
. Soy un caballero amante de su privacidad, señor. Tackeray, a un reportero.
. Como apreciará el lector estos son disparates sin importancia, que ofrecen la ventaja de no entenderse. Ortiga Anckerman.

          

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